Ya no solo pensamos en las consecuencias del derrame de petróleo en el Golfo de México, para las especies animales que habitan en esta área; ahora también es preocupante cuánto puede dañar al hombre el desastre ocurrido hace casi dos meses.
En informaciones publicadas en Cubadebate, se precisa que “ahora en el Golfo de México, el petróleo se está mezclando con el agua de mar, y por ello, lo que se alcanza a ver desde la costa o en sobrevuelos es sólo una parte del desastre, el resto sigue sumergido”.
Ese es el propósito de la empresa British Petroleum (BP), ahora se empeñan de mantener sumergidos los desechos que tanto daño están causando en toda esa zona.
A veces pienso que hay que hablar del tema hasta el cansancio. No puede cansar para quienes luchamos por defender el medio ambiente. Deben cansarse quienes abusan de él desmedidamente y saben que tienen tantas personas en contra.
¡Un dispersante! (conocido como Codexit), ¡Qué proeza! Ese es el nuevo mecanismo empleado por la British Petroleum en el área del derrame. ¿La intención? Evitar que el petróleo salga a la superficie.
¿Se habrán puesto a pensar en las consecuencias? Tal vez no les interese. Mucho da que pensar pues esto añade más toxicidad a la zona, ya de por sí contaminada, y con ello provocará más daños para la vida marina.
Lo único que les importa ahora es que utilizar el dispersante representa ahorros económicos para BP, pues podrá contratar menos barcos pesqueros -a $1,500 dólares el día- para recoger el petróleo.
¿Será de mal en peor? De todas formas siempre va a haber alguien perjudicado: si no usan dispersantes, el petróleo alcanza la orilla y mata también a las aves; pero si lo utilizan, se queda en el agua y mata a los peces.
¡Ya veremos cuál será el fin! De todas formas hay que seguir batallando por defender el medio que nos rodea, que al fin y al cabo, es nuestra casa grande.
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