Decir cubano es decir dicharachero, o sea, parte de nuestra idiosincracia se caracteriza por buscar una frase recurrente para todo. Ahora, a mí, como buena cubana que soy me viene una a la mente, y les aseguro que aunque a veces la usamos en forma de jarana, en esta ocasión no me viene a la mente por nada agradable.
El proverbio a que me refiero es el de "cuando naces para quilo, no llegas a medio", o quizás como también dijéramos en alguna ocasión: "el que nace para tamal, del cielo le caen las hojas".
Decir con esto que las cosas vienen solas, que los males siempre vienen acompañados de otros males, es el significado que para nosotros indica.
Sin embargo, ahora pensando en la hermana nación haitiana, me vienen estos proverbios a la mente. ¿Será posible que no le vayan a frenar las desgracias a este país tan pobre? ¿Hasta cuándo podrán resistir? Terremoto, huracán, epidemia... ¿Les faltará algo más por sufrir?
Cuba está con ellos, los cientos de médicos de nuestra isla que se encuentran en los campamentos médicos constituyen la avanzada de los millones de cubanos que quisiéramos colaborar, otros países también aportan su contribución a los más desdichados del momento, pero nada está de más; cada uno puede cooperar. Es difícil, muy difícil tratar de ponerse en el lugar de cualquiera de estos caribeños, a quienes a través de la historia les ha tocado perder.
No lleva mucho análisis, detrás de casi todas estas desgracias está la protesta y el reclamo de la naturaleza. Las epidemias solo son una consecuencia de cuanto está sucediendo por le deterioro ambiental. En resumen, no sigo, caemos en el mismo tema.
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