Hay veces que la vida nos depara cada cosas inesperadas, que cuando no las padecemos ni siquiera imaginamos cómo podríamos enfrentarlas; sin embargo, la fuerza de la vida, los seres que nos rodean, los proyectos sin cumplir, o sencillamente los deseos de seguir adelante, no nos permiten detenernos a pensar qué camino tomar.
Estoy entre las tantas mujeres que en el mundo han padecido el cáncer de mama, uan enfermedad curable en nuestros días. Muchas han corrdio la suerte que he tenido, otras no han podido llegar hasta donde hubiesen querido... !Esa es la lástima! Que aún la ciencia del mundo sea tan incivilizada para no permitir a todos, llegar a la meta.
Hace casi sesis años tuve la posibilidad de hacer un alto y analizar cuántas cosas que quería me faltaban por hacer. Mi vida cambió, mis planes se volvieron totalmente difernetes, mis intereses pasaron de lo ordinario y rutinario, a lo deseado, anhelado, inconcluso. La decisión fue el paso inicial.
Por ejemplo nunca pensé que fuera capaz de compartir mis ideas con muchas otras personas mediante la escritua, no creía que pudiera asumir responsabilidades que veía remotas casi imposibles. Solo la fuerza interior y el deseo de poder llegar al final de mis proyectos me ayudaron.
Hoy, cuando ya estoy segura y convencida que podré llegar al final, no tengo descanso entonces para seguir pregonando la parte que nos pueda tocar a cada uno en el universo para luchar por la vida.
Por eso me duele tanto que haya millones de seres que desgasten su tiempo, inteligencia y dinero en destruir y perturbar la vida de los demás. !Cuántas cosas beneficiosa, productivas, humanas, sencibles, provechosas, quedan por hacer en el mundo!
Guerras, armas explosivas, leyes controvertidas, egoísmo, maldad, agresiones... estas y muchas otras son palabras que se repiten todavía hoy en el mundo miles de veces en el días. Aunque por suerte no faltan quienes repiten sin cesar paz, amistad, humanidad, amor, salud, vida, alegría, felicidad; pero estas todavía son insufucientes.
Sumémonos pues a esta batalla sin fornteras... sea desde ahora usted uno de esos que comiencen a ver el mundo de otro color, con otros sonidos (los impreceptibles), ver esas otras imágenes a las que no hacemos caso hasta que nos damos cuenta que se nos han quedado miles de cosas por ver.
La muestra del lazo color rosa en su pecho, en su solapa, este 19 de octubre, puede (aunque de pronto no le cambie sus ideas o su forma de enfrentar la vida) al menos ser el primer paso de demostrarle a los demás que usted está en esta lucha, en la que debe ser diaria y constante.
Únase a quienes en el mundo cada 19 de octubre son defensores de la vida en esta, hasta hoy eterna, lucha contra el cáncer de mama, el mal que más vida cobra a las mujeres del planeta.
Solo con enseñar a otra persona cómo reconocer sus senos, su cuerpo, colo con orientar o acompañar a quien lo necesite a una consulta médica que decidirá el rumbo de sus días, solo con una palabra amiga de ánimo, de esperanza, de alegría; no sienta dudas, ya está con nosotros: los triunfadores.
Estoy entre las tantas mujeres que en el mundo han padecido el cáncer de mama, uan enfermedad curable en nuestros días. Muchas han corrdio la suerte que he tenido, otras no han podido llegar hasta donde hubiesen querido... !Esa es la lástima! Que aún la ciencia del mundo sea tan incivilizada para no permitir a todos, llegar a la meta.
Hace casi sesis años tuve la posibilidad de hacer un alto y analizar cuántas cosas que quería me faltaban por hacer. Mi vida cambió, mis planes se volvieron totalmente difernetes, mis intereses pasaron de lo ordinario y rutinario, a lo deseado, anhelado, inconcluso. La decisión fue el paso inicial.
Por ejemplo nunca pensé que fuera capaz de compartir mis ideas con muchas otras personas mediante la escritua, no creía que pudiera asumir responsabilidades que veía remotas casi imposibles. Solo la fuerza interior y el deseo de poder llegar al final de mis proyectos me ayudaron.
Hoy, cuando ya estoy segura y convencida que podré llegar al final, no tengo descanso entonces para seguir pregonando la parte que nos pueda tocar a cada uno en el universo para luchar por la vida.
Por eso me duele tanto que haya millones de seres que desgasten su tiempo, inteligencia y dinero en destruir y perturbar la vida de los demás. !Cuántas cosas beneficiosa, productivas, humanas, sencibles, provechosas, quedan por hacer en el mundo!
Guerras, armas explosivas, leyes controvertidas, egoísmo, maldad, agresiones... estas y muchas otras son palabras que se repiten todavía hoy en el mundo miles de veces en el días. Aunque por suerte no faltan quienes repiten sin cesar paz, amistad, humanidad, amor, salud, vida, alegría, felicidad; pero estas todavía son insufucientes.
Sumémonos pues a esta batalla sin fornteras... sea desde ahora usted uno de esos que comiencen a ver el mundo de otro color, con otros sonidos (los impreceptibles), ver esas otras imágenes a las que no hacemos caso hasta que nos damos cuenta que se nos han quedado miles de cosas por ver.
La muestra del lazo color rosa en su pecho, en su solapa, este 19 de octubre, puede (aunque de pronto no le cambie sus ideas o su forma de enfrentar la vida) al menos ser el primer paso de demostrarle a los demás que usted está en esta lucha, en la que debe ser diaria y constante.
Únase a quienes en el mundo cada 19 de octubre son defensores de la vida en esta, hasta hoy eterna, lucha contra el cáncer de mama, el mal que más vida cobra a las mujeres del planeta.
Solo con enseñar a otra persona cómo reconocer sus senos, su cuerpo, colo con orientar o acompañar a quien lo necesite a una consulta médica que decidirá el rumbo de sus días, solo con una palabra amiga de ánimo, de esperanza, de alegría; no sienta dudas, ya está con nosotros: los triunfadores.
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