Temporada de ensueños

¿Quién puede cuestionar lo que significa un libro en nuestras vidas? ¿Cuántas influencias pueden dejarnos una historia, un poema, una reflexión? Cada edad tiene su encanto, como dijera alguien, pero el libro es uno de los placeres que nos pueden acompañar toda la vida.

¿Preferencias? Es cierto. En cada etapa disfrutamos más uno u otro tema,  de uno u otro estilo, autor, o género; pero siempre, al final de cuentas, es un libro.

Hoy comienza en toda Cuba esa fiesta de ensueños, esos días especiales donde buscamos, escogemos, acaparamos y guardamos para después; aunque a veces, en dependencia de nuestra economía y con el dolor del alma, tenemos que desechar algunos títulos que nos resultaron llamativos, o algún que otro autor de quien no quisiéramos desprendernos.

Ahora es en La Habana, la capital, a donde no le quepan dudas a nadie, acuden adictos de todas partes del país para concentrarse en la Fortaleza San Carlos de La Cabaña que por estos días se vuelve un hervidero de sabiduría. Pero después del día 19 de febrero, entonces será aquí, o allí, o allá, porque la Feria del Libro ya llega, desde hace años, a todos los rincones de la Isla.

Esta es la vigésimo primera edición, muchas generaciones de cubanos han crecido a la par de esta fiesta, considerada el evento literario más grande Cuba; es por eso que han aprendido a economizar para el mes de febrero, ese mes que les dejará por todo el año el dulce sabor de la lectura, y con ello, el exquisito deleite de cada día aprender algo nuevo.

Yo por mi parte ya estoy lista, no iré a San Carlos de la Cabaña, mejor espero que la montaña llegue a mí, como cada año, para poder sin apuros de tiempo seleccionar de antemano uno de los grandes goces con que contaré en este 2012.