Otra vez la naturaleza se impone, ¿será que se siente agotada de tantos maltratos y desconsideraciones?
A poco más de un mes del movimiento telúrico en Haití, ahora es la hermana nación de Chile la que ha sufrido los embates de otro terremoto de una magnitud considerable también.
No solamente este hecho natural, uno de los más potentes en los últimos 100 años, avisa a los humanos que es hora de frenar los desentendidos, ¿qué hablar de la alerta por el tsunami que se avecina?
Es otra advertencia, la Tierra se agota de esperar que la consideren y la protejan. Desde hoy, cada quien que no ha puesto su empeño en defender el pedacito donde habita, debe hacerse un llamado personal.
Formas hay muchas de cuidar lo que tenemos, pongámoslas en práctica, hagamos un poco más duradera la existencia de este planeta que nos ha bridado por millones de años todo lo imprescindible para que nuestra especie sobreviva.
Si no tomamos conciencia, somos y seremos los únicos culpables de perderlo todo, de extinguir nuestra propia raza.
¡Qué ironía reconocer que somos los únicos seres pensantes! Tal parece que se nos han agotado los recursos de raciocinio cuando de la naturaleza se trata.
¿Se habrán puesto a pensar, esos que incontrolablemente maltratan su entorno, para qué les servirían las riquezas, el dinero, el poderío, las tenencias? Creo que no, todavía no se han percatado, si lo hicieran ya se hubiesen incorporado al gran grupo que en todo el planeta lucha y lucha constantemente por cuidar el mayor tesoro de la humanidad: la vida y la supervivencia.
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