sábado, 10 de abril de 2010

Ni muy muy, ni tan tan

Versa un viejo refrán que todos los extremos son malos. Otra vez queda demostrado que la sabiduría popular tiene toda la razón.

El planeta, nuevamente es testigo de las desigualdades, esta vez aunque son los hombres los que reciben las consecuencias, no es precisamente en ellos en quienes recae la diferencia.

Hasta más de 200 se eleva el número de muerto por lluvias en la hermana nación de Brasil. ¡Qué ironía, y muchos otros- entre ellos nosotros- hace muchísimos días que no vemos caer una gota de agua.
Esta es otra muestra de cuánto está sufriendo La Tierra.

Por estos días nuevos terremotos y movimientos telúricos se han suscitado en diversas partes del mundo, ahora que comienza la primavera una nueva consecuencia se empieza a sentir: las lluvias.

Hablo de Brasil que hoy sufre las primeras inundaciones, pero ¿cuántos países no hay en el orbe que no reciben durante todo el año ni siquiera tres chaparrones?

El mes de abril, cuando en la zona tropical comienzan a sentirse los primeros calores, pudiera tener consecuencias severas la falta de aguaceros. Las altas temperaturas deberán estar acompañadas de algo refrescante como el agua, sino ¿A dónde pudiéramos ir a parar?

Esta es otra consecuencia de las acciones impensadas de los humanos, ahora estamos recogiendo lo que por milenios de siglos hemos ido cultivando. Sin embargo, hay otro longevo proverbio que nos recuerda que  “más vale tarde que nunca”.

Por eso un nuevo llamado a la unión, la conservación de la especie humana es hoy un reto para el género del único animal pensante que reina en La Tierra.

No pensemos en nuestras generaciones, no pensemos en nuestros hijos; pensemos en los descendientes de los descendientes, que son ellos quienes sufrirán las verdaderas consecuencias si no adoptamos decisiones correctas y rápidas.

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