Los cambios medioambientales constituyen desde hace unas décadas una preocupación para muchos estudiosos del tema. A pesar de las advertencias que se vienen dando sobre la necesidad de proteger el entorno todavía las naciones llamadas del primer mundo no tienen en cuenta que de las medidas que se tomen hoy dependerá el futuro de la Tierra.
Un informe publicado internet a través de la revista Nature destaca que cinco millones de especies podrían desaparecer en los próximos 100 años de continuar el incremento de la temperatura en el planeta.
Se estima que ya en el siglo XX se perdieron alrededor de 30 mil especies debido a la deforestación, la contaminación ambiental, el comercio ilegal de animales, así como la pesca y cacería furtiva y sin control.
Sin embargo, a pesar de todas estas acciones desmedidas, los científicos señalan que el calentamiento global es la mayor amenaza para la supervivencia de diversos grupos de animales y plantas, de ahí que comienzan a hablar de una sexta gran extinción en la historia del Planeta.
El calentamiento global es un término utilizado para referirse al fenómeno del aumento de la temperatura media global, de la atmósfera terrestre y de los océanos. Este concepto se maneja desde 1850, fecha en que se considera el final de la denominada Pequeña Edad de Hielo.
Este incremento de las temperaturas se ha acentuado en las últimas décadas del siglo XX y la primera del XXI. Por lo que investigadores aseguran que el calentamiento global está asociado a un cambio climático que puede tener causa antropogénica o no, lo que es igual a decir que podría tener serias consecuencias para la especie humana.
El principal efecto que causa el calentamiento global es el efecto invernadero, fenómeno que se refiere a la absorción, por ciertos gases atmosféricos; principalmente CO2, de parte de la energía que el suelo emite, como consecuencia de haber sido calentado por la radiación solar.
El efecto invernadero natural que estabiliza el clima de la Tierra no es cuestión que se incluya en el debate sobre el calentamiento global. Sin este efecto invernadero natural las temperaturas caerían aproximadamente en unos 30 °C; con tal cambio, los océanos podrían congelarse y la vida, tal como la conocemos, sería imposible.
Para que este efecto se produzca, son necesarios estos gases de efecto invernadero, pero en proporciones adecuadas. Lo que preocupa a los climatólogos es que una elevación de esa proporción producirá un aumento de la temperatura debido al calor atrapado en la baja atmósfera. Situación que revertirá en los deshielos desmedidos y acelerados y por ende en la producción de diversos cambios.
Tanto las especies que habitan en la región polar, como los cambios de temperaturas en el mar, el aumento del nivel de los océanos, y el hundimiento de zonas terrestres que se encuentran próximas al nivel del mar; podrían sufrir considerables transformaciones.
Asegura el artículo de la revista Nature, que no se trata sólo de osos polares y los pingüinos, sino de millones de especies en todo el mundo, en especial de los casi 20 mil catalogados en peligro de desaparición.
En los océanos, la situación no es nada alentadora: de todos los grandes peces que había a principios del siglo pasado muchos ya no existen.
En tanto, las colonias de corales se han reducido en muchas zonas del orbe debido a la disminución de la concentración del dióxido de carbono, con la consiguiente acidificación de los mares.
Estudios recientes aseguran que el proceso actual de acidificación se está produciendo mucho más rápido que durante el calentamiento global ocurrido hace 55,5 millones de años.
Pues se ha comprobado que los océanos participan en el ciclo del carbono absorbiendo parte del dióxido de carbono de la atmósfera, lo que contribuye a la acidificación de las aguas y determina su PH.
Aseguran los expertos que para frenarla, la única estrategia posible es contener las emisiones de CO2. Eh ahí, donde tienen gran parte de responsabilidad los países del llamado Primer Mundo, pues son estas las naciones que más perjudican, por el propio desarrollo, al medio que nos rodea.
Los cambios medioambientales constituyen desde hace unas décadas una preocupación para muchos estudiosos del tema. A pesar de las advertencias que se vienen dando sobre la necesidad de proteger el entorno todavía las naciones llamadas del primer mundo no tienen en cuenta que de las medidas que se tomen hoy dependerá el futuro de la Tierra.
Un informe publicado internet a través de la revista Nature destaca que cinco millones de especies podrían desaparecer en los próximos 100 años de continuar el incremento de la temperatura en el planeta.
Se estima que ya en el siglo XX se perdieron alrededor de 30 mil especies debido a la deforestación, la contaminación ambiental, el comercio ilegal de animales, así como la pesca y cacería furtiva y sin control.
Sin embargo, a pesar de todas estas acciones desmedidas, los científicos señalan que el calentamiento global es la mayor amenaza para la supervivencia de diversos grupos de animales y plantas, de ahí que comienzan a hablar de una sexta gran extinción en la historia del Planeta.
El calentamiento global es un término utilizado para referirse al fenómeno del aumento de la temperatura media global, de la atmósfera terrestre y de los océanos. Este concepto se maneja desde 1850, fecha en que se considera el final de la denominada Pequeña Edad de Hielo.
Este incremento de las temperaturas se ha acentuado en las últimas décadas del siglo XX y la primera del XXI. Por lo que investigadores aseguran que el calentamiento global está asociado a un cambio climático que puede tener causa antropogénica o no, lo que es igual a decir que podría tener serias consecuencias para la especie humana.
El principal efecto que causa el calentamiento global es el efecto invernadero, fenómeno que se refiere a la absorción, por ciertos gases atmosféricos; principalmente CO2, de parte de la energía que el suelo emite, como consecuencia de haber sido calentado por la radiación solar.
El efecto invernadero natural que estabiliza el clima de la Tierra no es cuestión que se incluya en el debate sobre el calentamiento global. Sin este efecto invernadero natural las temperaturas caerían aproximadamente en unos 30 °C; con tal cambio, los océanos podrían congelarse y la vida, tal como la conocemos, sería imposible.
Para que este efecto se produzca, son necesarios estos gases de efecto invernadero, pero en proporciones adecuadas. Lo que preocupa a los climatólogos es que una elevación de esa proporción producirá un aumento de la temperatura debido al calor atrapado en la baja atmósfera. Situación que revertirá en los deshielos desmedidos y acelerados y por ende en la producción de diversos cambios.
Tanto las especies que habitan en la región polar, como los cambios de temperaturas en el mar, el aumento del nivel de los océanos, y el hundimiento de zonas terrestres que se encuentran próximas al nivel del mar; podrían sufrir considerables transformaciones.
Asegura el artículo de la revista Nature, que no se trata sólo de osos polares y los pingüinos, sino de millones de especies en todo el mundo, en especial de los casi 20 mil catalogados en peligro de desaparición.
En los océanos, la situación no es nada alentadora: de todos los grandes peces que había a principios del siglo pasado muchos ya no existen.
En tanto, las colonias de corales se han reducido en muchas zonas del orbe debido a la disminución de la concentración del dióxido de carbono, con la consiguiente acidificación de los mares.
Estudios recientes aseguran que el proceso actual de acidificación se está produciendo mucho más rápido que durante el calentamiento global ocurrido hace 55,5 millones de años.
Pues se ha comprobado que los océanos participan en el ciclo del carbono absorbiendo parte del dióxido de carbono de la atmósfera, lo que contribuye a la acidificación de las aguas y determina su PH.
Aseguran los expertos que para frenarla, la única estrategia posible es contener las emisiones de CO2. Eh ahí, donde tienen gran parte de responsabilidad los países del llamado Primer Mundo, pues son estas las naciones que más perjudican, por el propio desarrollo, al medio que nos rodea.
Un informe publicado internet a través de la revista Nature destaca que cinco millones de especies podrían desaparecer en los próximos 100 años de continuar el incremento de la temperatura en el planeta.
Se estima que ya en el siglo XX se perdieron alrededor de 30 mil especies debido a la deforestación, la contaminación ambiental, el comercio ilegal de animales, así como la pesca y cacería furtiva y sin control.
Sin embargo, a pesar de todas estas acciones desmedidas, los científicos señalan que el calentamiento global es la mayor amenaza para la supervivencia de diversos grupos de animales y plantas, de ahí que comienzan a hablar de una sexta gran extinción en la historia del Planeta.
El calentamiento global es un término utilizado para referirse al fenómeno del aumento de la temperatura media global, de la atmósfera terrestre y de los océanos. Este concepto se maneja desde 1850, fecha en que se considera el final de la denominada Pequeña Edad de Hielo.
Este incremento de las temperaturas se ha acentuado en las últimas décadas del siglo XX y la primera del XXI. Por lo que investigadores aseguran que el calentamiento global está asociado a un cambio climático que puede tener causa antropogénica o no, lo que es igual a decir que podría tener serias consecuencias para la especie humana.
El principal efecto que causa el calentamiento global es el efecto invernadero, fenómeno que se refiere a la absorción, por ciertos gases atmosféricos; principalmente CO2, de parte de la energía que el suelo emite, como consecuencia de haber sido calentado por la radiación solar.
El efecto invernadero natural que estabiliza el clima de la Tierra no es cuestión que se incluya en el debate sobre el calentamiento global. Sin este efecto invernadero natural las temperaturas caerían aproximadamente en unos 30 °C; con tal cambio, los océanos podrían congelarse y la vida, tal como la conocemos, sería imposible.
Para que este efecto se produzca, son necesarios estos gases de efecto invernadero, pero en proporciones adecuadas. Lo que preocupa a los climatólogos es que una elevación de esa proporción producirá un aumento de la temperatura debido al calor atrapado en la baja atmósfera. Situación que revertirá en los deshielos desmedidos y acelerados y por ende en la producción de diversos cambios.
Tanto las especies que habitan en la región polar, como los cambios de temperaturas en el mar, el aumento del nivel de los océanos, y el hundimiento de zonas terrestres que se encuentran próximas al nivel del mar; podrían sufrir considerables transformaciones.
Asegura el artículo de la revista Nature, que no se trata sólo de osos polares y los pingüinos, sino de millones de especies en todo el mundo, en especial de los casi 20 mil catalogados en peligro de desaparición.
En los océanos, la situación no es nada alentadora: de todos los grandes peces que había a principios del siglo pasado muchos ya no existen.
En tanto, las colonias de corales se han reducido en muchas zonas del orbe debido a la disminución de la concentración del dióxido de carbono, con la consiguiente acidificación de los mares.
Estudios recientes aseguran que el proceso actual de acidificación se está produciendo mucho más rápido que durante el calentamiento global ocurrido hace 55,5 millones de años.
Pues se ha comprobado que los océanos participan en el ciclo del carbono absorbiendo parte del dióxido de carbono de la atmósfera, lo que contribuye a la acidificación de las aguas y determina su PH.
Aseguran los expertos que para frenarla, la única estrategia posible es contener las emisiones de CO2. Eh ahí, donde tienen gran parte de responsabilidad los países del llamado Primer Mundo, pues son estas las naciones que más perjudican, por el propio desarrollo, al medio que nos rodea.
Los cambios medioambientales constituyen desde hace unas décadas una preocupación para muchos estudiosos del tema. A pesar de las advertencias que se vienen dando sobre la necesidad de proteger el entorno todavía las naciones llamadas del primer mundo no tienen en cuenta que de las medidas que se tomen hoy dependerá el futuro de la Tierra.
Un informe publicado internet a través de la revista Nature destaca que cinco millones de especies podrían desaparecer en los próximos 100 años de continuar el incremento de la temperatura en el planeta.
Se estima que ya en el siglo XX se perdieron alrededor de 30 mil especies debido a la deforestación, la contaminación ambiental, el comercio ilegal de animales, así como la pesca y cacería furtiva y sin control.
Sin embargo, a pesar de todas estas acciones desmedidas, los científicos señalan que el calentamiento global es la mayor amenaza para la supervivencia de diversos grupos de animales y plantas, de ahí que comienzan a hablar de una sexta gran extinción en la historia del Planeta.
El calentamiento global es un término utilizado para referirse al fenómeno del aumento de la temperatura media global, de la atmósfera terrestre y de los océanos. Este concepto se maneja desde 1850, fecha en que se considera el final de la denominada Pequeña Edad de Hielo.
Este incremento de las temperaturas se ha acentuado en las últimas décadas del siglo XX y la primera del XXI. Por lo que investigadores aseguran que el calentamiento global está asociado a un cambio climático que puede tener causa antropogénica o no, lo que es igual a decir que podría tener serias consecuencias para la especie humana.
El principal efecto que causa el calentamiento global es el efecto invernadero, fenómeno que se refiere a la absorción, por ciertos gases atmosféricos; principalmente CO2, de parte de la energía que el suelo emite, como consecuencia de haber sido calentado por la radiación solar.
El efecto invernadero natural que estabiliza el clima de la Tierra no es cuestión que se incluya en el debate sobre el calentamiento global. Sin este efecto invernadero natural las temperaturas caerían aproximadamente en unos 30 °C; con tal cambio, los océanos podrían congelarse y la vida, tal como la conocemos, sería imposible.
Para que este efecto se produzca, son necesarios estos gases de efecto invernadero, pero en proporciones adecuadas. Lo que preocupa a los climatólogos es que una elevación de esa proporción producirá un aumento de la temperatura debido al calor atrapado en la baja atmósfera. Situación que revertirá en los deshielos desmedidos y acelerados y por ende en la producción de diversos cambios.
Tanto las especies que habitan en la región polar, como los cambios de temperaturas en el mar, el aumento del nivel de los océanos, y el hundimiento de zonas terrestres que se encuentran próximas al nivel del mar; podrían sufrir considerables transformaciones.
Asegura el artículo de la revista Nature, que no se trata sólo de osos polares y los pingüinos, sino de millones de especies en todo el mundo, en especial de los casi 20 mil catalogados en peligro de desaparición.
En los océanos, la situación no es nada alentadora: de todos los grandes peces que había a principios del siglo pasado muchos ya no existen.
En tanto, las colonias de corales se han reducido en muchas zonas del orbe debido a la disminución de la concentración del dióxido de carbono, con la consiguiente acidificación de los mares.
Estudios recientes aseguran que el proceso actual de acidificación se está produciendo mucho más rápido que durante el calentamiento global ocurrido hace 55,5 millones de años.
Pues se ha comprobado que los océanos participan en el ciclo del carbono absorbiendo parte del dióxido de carbono de la atmósfera, lo que contribuye a la acidificación de las aguas y determina su PH.
Aseguran los expertos que para frenarla, la única estrategia posible es contener las emisiones de CO2. Eh ahí, donde tienen gran parte de responsabilidad los países del llamado Primer Mundo, pues son estas las naciones que más perjudican, por el propio desarrollo, al medio que nos rodea.
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