Soy una fiel seguidora del beisbol como toda buena cubana. En nuestro país no hay distinción de sexos o de edades cuando de pelota se trata; no en balde se considera nuestro deporte nacional.
Desde niña, el televisor de mi casa estaba a disposición de los enfurecidos juegos beisboleros, mi abuelo, quien me enseñó a entender el terreno de las tres bases y los tres jardines, también fue un enfurecido seguidor de este deporte.
Aunque hace años que nuestro equipo, hoy llamado Cocodrilos, pero que también fue Henequeneros, Citricultores, Matanzas, no sé ni cuántos nombres más que no recuerdo o que no conocí, siempre ma han tenido como fiel seguidora de su novena.
Este año, V´citor, a quien muchos consideramos durante décadas un extravagante, un exhibicionista en la pista de pelota, nos ha hecho sentir nuevamente el vibrar de los corazones. Hay quienes hoy la comida se les atraganta ante un juego cerrado, se le pone la piel de gallina ante un buen fildeo, o le sube la presión arterial ante una mala jugada. Pero lo cierto es que estamos ahí. Y que ese mismo Víctor se ha convertido en un Hijo Ilustre para la provincia de Matanzas.
Esta gloria del deporte cubano ha tomado muy en serio la responsabilidad que le pusieron en las manos y ha demostrado que se puede, y que cuando el estímulo y el respaldo del pueblo están tras el equipo, el entusiasmo y el compromiso se hacen mayores.
¿Ganaremos? Por supuesto que soy de las que dicen que sí, no es posible menospreciar la calidad de Industriales, un equipo que históricamente ha tenido sus seguidores (entre los que incluyo a mi yerno, que a pesar de ser matancero se atiene a las consecuencias de las bromas y enfrentamientos de todo en la casa y el trabajo); pero quien vio el partido de anoche y se erizó con la estampa del Victoria de Girón, casi no puede dudar de que hoy será mucho mejor el partido.
Por eso señores, a partir de las 8 y 30 de la noche, que nadie me llame, que nadie pretenda que haga otra cosa que no sea disfrutar de mis Cocodrilos.
Quizás no ganen pero habernos traído las emociones hasta aquí ya es un gran agradecimiento.
!Ah! Sepa usted que ya las trompetas y claxon sobrepasan los muros del Victoria de Girón, anoche en mi barrio sonaron calderos, jarros, trompetas.... todo lo que sonara fuerte se convirtió en bocinas de alegría y entusiasmo con cada jonrón y cada carrera que dio Matanzas ante Industriales. Poe ahora trato de relajarme en lo que queda de día, y comer temprano para no estar entre las que sufrirán consecuencias de salud por las grnadísimas emociones. !Suerte matanceros! !ustedes ya son campeones!
Desde niña, el televisor de mi casa estaba a disposición de los enfurecidos juegos beisboleros, mi abuelo, quien me enseñó a entender el terreno de las tres bases y los tres jardines, también fue un enfurecido seguidor de este deporte.
Aunque hace años que nuestro equipo, hoy llamado Cocodrilos, pero que también fue Henequeneros, Citricultores, Matanzas, no sé ni cuántos nombres más que no recuerdo o que no conocí, siempre ma han tenido como fiel seguidora de su novena.
Este año, V´citor, a quien muchos consideramos durante décadas un extravagante, un exhibicionista en la pista de pelota, nos ha hecho sentir nuevamente el vibrar de los corazones. Hay quienes hoy la comida se les atraganta ante un juego cerrado, se le pone la piel de gallina ante un buen fildeo, o le sube la presión arterial ante una mala jugada. Pero lo cierto es que estamos ahí. Y que ese mismo Víctor se ha convertido en un Hijo Ilustre para la provincia de Matanzas.
Esta gloria del deporte cubano ha tomado muy en serio la responsabilidad que le pusieron en las manos y ha demostrado que se puede, y que cuando el estímulo y el respaldo del pueblo están tras el equipo, el entusiasmo y el compromiso se hacen mayores.
¿Ganaremos? Por supuesto que soy de las que dicen que sí, no es posible menospreciar la calidad de Industriales, un equipo que históricamente ha tenido sus seguidores (entre los que incluyo a mi yerno, que a pesar de ser matancero se atiene a las consecuencias de las bromas y enfrentamientos de todo en la casa y el trabajo); pero quien vio el partido de anoche y se erizó con la estampa del Victoria de Girón, casi no puede dudar de que hoy será mucho mejor el partido.
Por eso señores, a partir de las 8 y 30 de la noche, que nadie me llame, que nadie pretenda que haga otra cosa que no sea disfrutar de mis Cocodrilos.
Quizás no ganen pero habernos traído las emociones hasta aquí ya es un gran agradecimiento.
!Ah! Sepa usted que ya las trompetas y claxon sobrepasan los muros del Victoria de Girón, anoche en mi barrio sonaron calderos, jarros, trompetas.... todo lo que sonara fuerte se convirtió en bocinas de alegría y entusiasmo con cada jonrón y cada carrera que dio Matanzas ante Industriales. Poe ahora trato de relajarme en lo que queda de día, y comer temprano para no estar entre las que sufrirán consecuencias de salud por las grnadísimas emociones. !Suerte matanceros! !ustedes ya son campeones!
Idania, aunque no soy fanática del beisbol, cuando niña me encantaba ver jugar al equipo Henequeneros, ah! y los juegos entre Cuba y Estados Unidos; ahora por primera vez después de 20 años vuelve Matanzas a ganar, porque terminar tercero en una serie como ésta, es como haber logrado el primer lugar.
ResponderEliminarSoy matancera y aunque desintegrado el equipo Henequero, estoy convencida que ahora Matanzas nos llevará a la gloria y hará honor a los henequeneros.