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| Imagen de los huracanes de 1948, mientras transitaban a la salida de neustra Isla |
Tal vez dentro de 10 o 20 años ya no
haya quien recuerde o cuente sucesos como este; hoy Onelia, una abuela de más
de 70 años me preguntaba por la mañana en qué fecha estábamos. Ante la
respuesta de 18 de septiembre, abrió los ojos y me dijo, “hoy es el cumpleaños
de Irene, todavía me acuerdo del ciclón del 48”.
Aunque este fenómeno no está
registrado como el más intenso del año, sí aparece en las investigaciones como
uno de los dos que en cuestión de 13 días asolaron nuestra Isla en la región
occidental.
Tras el descubrimiento de la fecha,
ella, Onelia, siguió entonces hablando casi en soliloquio de hechos que ninguno
de los presentes conocemos.
“Yo estaba chiquita pero no se me ha
olvidado…. Todos estábamos metidos en un bohío que se movía hasta parecer que
se levantaba de la tierra. Papá y mamá se sentaron en la entrada para que
nosotras no nos mojáramos…. Fue horrible… Ahora yo pienso si nosotros teníamos
miedo cómo sería mi tía, la madre de Irene que parió ahí mismo- en otro bohío- sin
poderlo aguantar”.
Como Onelia, muchos matanceros
recuerdan aquel ciclón sin nombre incluso, pero que en condiciones como las que
tenían las familias campesinas cubanas de esos tiempos no importaba mucho cómo
se llamaba, solo los efectos y el final que iba a tener.
Hoy, ella sabe que fue un huracán
categoría tres pues ya conoce de esas nomenclaturas. Casi al final de su
monólogo dijo “La piel se me pone de gallinas todavía… (SONRÍE) pero bueno,
Irene nació y hoy cumple 66 años”
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